A mediados del 2017, un terremoto sacudió a la revista British Vogue. Varios artículos y entrevistas dieron a conocer que ni Alexandra Schulman, la Editora en Jefe de la publicación por 25 años ni Lucinda Chambers, la Editora de Moda, sabían acerca de Edward Enninful acercándose a la revista con toda una reestructuración que vio a las dos figuras despedidas de sus trabajos. Incluso, Chambers escribió una bullada columna en Vestoj, donde daba a conocer sus miedos, opiniones y hechos con respecto a lo ocurrido; pero al parecer, ahora todo quedó atrás: junto a las ex diseñadoras de Marni, Molly Molloy y Kristin Forss, lanzó una nueva marca llamada Colville.
“Colville es lo contrario a la moda”, aseguró Chambers en una entrevista, donde conocimos que la firma lanzaría primero 30 piezas centradas en la duración y honestidad, además de la expresión propia de cada persona. Colville es el nombre de una calle londinense donde David Hockney solía pasar el rato y a través de este nombre, la esencia de mantener un guardarropas donde cada prenda sea atesorada, compartida, mezclada y más pueda sobrepasar cualquier duración del fast fashion.
Colville se vende a través de matchesfashion.com, donde se pueden encontrar sus vestidos, leggings, sweaters, abrigos y blusas. Pero el trío no se quedó solo en la ropa: decidieron agruparse junto a la joyera Vicki Sarge y el diseñador de tocados y sombreros Stephen Jones para complementar con una línea de accesorios. “Siguiendo sobre la marcha, adhiriendo y creciendo; diseñando colecciones de manera cuidadosa y pensada que realzarán el fin. Todo viene y vendrá naturalmente junto. Pluralmente”, señala el manifiesto final del sitio web, que sin lugar a dudas pone su foco en el estilo artístico de las mujeres y en proponer algo único contra todo lo establecido.
Fotos: Colville, Telegraph.