“Marie Antoinette se vistió de jeans” exclamó alguno de los cuatrocientos invitados que asistió al tan esperado desfile de Chanel que se realizó ayer. Francia acaba de elegir a su nuevo presidente, y dentro de este nuevo régimen la colección de Karl Lagerfeld se siente como un perfecto juego entre propuesta e ironía: “Versailles in a Socialist France”. Retomando el estilo tan rococó y pomposo de los cortesanos del siglo XVIII, el diseñador vuelve a poner cintas, blondas y bordados dorados con elementos actuales y muy poperos, en un perfecto escenario, generalmente restringido al público como son las piletas y parques de Versailles.
De la puesta en escena, nada que decir. Pero sí creemos que hubieron varios puntos negativos a lo largo de la colección y que nos dejaron una sensación algo incómoda luego de ver la propuesta completa. Si bien existieron pasadas exquisitas, notamos siluetas ya vistas, prendas que no favorecieron en nada a la figura femenina y otras que pueden lucir perfectas para alguna fiesta de disfraces.
La clara inspiración de esta colección pre-summer 2013, hace alusión a una época conocida en la historia por llenarse de lujos innecesarios y frivolidades, tema que Lagerfeld retomó también al finalizar el desfile: “la frivolidad es una actitud sana. Conozco a personas que se han salvado gracias a la frivolidad”.
Será que así como la Edad de Oro en Francia, asociada al reinado de Luis XIV llegó a su fin, se augura un futuro oscuro para el “Roi Soleil” de Chanel? Esperemos que así como repentinamente salió un sol magnífico y un cielo despejado para el desfile de ayer, el futuro de Chanel vuelva a ver la luz y nos deje a todos con la boca abierta para la colección primavera-verano 2013.