Colaboración de José Ilabaca Santibáñez
La partida de Angela Ahrendts de Burberry para sumarse a la compañía fundada por Steve Jobs fue una noticia que tomó por sorpresa al mundo de la moda. Al igual que el CEO de YSL, Paul Deneve, asumirá un rol directivo, reportando directamente a Tim Cook, CEO de Apple. Por su lado, Christopher Bailey tendrá la misión de asumir un doble título para la firma de moda, Director Creativo y CEO, una acción sin precedentes para un diseñador.
Podríamos pensar en marcas como Armani o Tom Ford, que son dirigidas por los mismos diseñadores tanto en el aspecto comercial como creativo, pero a diferencia de Burberry, se trata de empresas privadas que no deben responder a los mercados. La preocupación para el señor Bailey ya no solo será mantener el nivel creativo para satisfacer a los consumidores sino además preocuparse de las cadenas de suministro a nivel global y las operaciones de retail a las que se enfrenta la compañía con tal de mantener el retorno financiero que se ha entregado a los inversionistas hasta el momento. Lo que sí es seguro es que tanto en Wall Street como en Londres seguirán de cerca su desempeño.
Bajo la dirección de Angela Ahrendts, Burberry generó una cultura conectada, siendo pioneros en el uso de tecnología digital para forjar un mayor compromiso entre los consumidores de la industria de la moda. La que alguna vez fue una marca sobreexpuesta y subvaluada, se convirtió en un gigante del mercado del lujo global. En pocas palabras, la antigua CEO de Burberry jugó un papel fundamental en la transformación a la que ha llegado la firma.
Los mercados no se hicieron esperar y tras la sorpresiva noticia, el precio por acción de Burberry ha presentado un comportamiento errático, llegando a bajar en más de 7% su valor incluso después de haber aumentado en un 17% sus ingresos para fines de Septiembre. Definitivamente, los accionistas esperarán señales sólidas por parte de Bailey antes de confiar sin mayores recelos su capital. Quizás esperan que sea el Steve Jobs del mundo de la moda, liderando a la compañía en lo creativo y en el ámbito del negocio propiamente tal, pero no cabe la menor duda de que se enfrenta a una tarea titánica, que tanto los inversionistas como los consumidores seguirán de cerca.