Las pinturas de Alex Katz hablan de la cotidianidad, y por ende, de la moda. Este pintor neoyorkino, nacido en 1927, es uno de los anticipadores del pop art. Su característico estilo es innegable y su talento lo ha coronado como uno de los artistas más aplaudidos de su generación. Y aunque este artista emergió en plena década de los 50, cuando el mundo del arte en Nueva York centraba su atención en el expresionismo abstracto, Katz se ha dedicado a lo largo de su carrera a la pintura figurativa.
El método de trabajo de Katz es minucioso y detallista. Para pintar en grande, este artista pinta un pequeño boceto al óleo de un sujeto en una mesa de trabajo de masonita. Luego, se dedica a hacer un pequeño dibujo detallado a lápiz o carbón para agrandarlo usando un retroproyector y transferirlo a un gran lienzo mediante estarcido, una técnica usada por artistas renacentistas en la que se empujaba pigmento en polvo a través de pequeñas perforaciones hechas en el dibujo para recrear una composición en la superficie a ser pintada.
El pincel de Katz se ha definido por sus formas y colores planos, además de la economía de sus trazos. Sus pinturas se han dividido en dos grandes grupos. Por un lado, los retratos, y por otro, los paisajes. La división es evidente al ver sus pinturas. Desde la década del 60, Alex Katz se ha ocupado de retratar la vida neoyorkina. Así, ha pintado distintos paisajes de Soho y de Maine, donde vive por varios meses al año. Además, se ha enfocado en plasmar en su pintura a los protagonistas de la sociedad neoyorkina, en la que resaltan los retratos familiares, artistas, críticos y escritores de la escena local. Ada Katz, su esposa desde 1958, es protagonista de más de 250 pinturas a lo largo de todo su repertorio.
A principios de los años 60, Alex Katz comenzó a diseñar trajes para el coreógrafo Paul Taylor, donde aprovechó de retratar a varios bailarines. A finales de la misma década creó One flight up (1968), donde figuran más de 30 retratos de los actores más influyentes del ámbito intelectual neoyorkino sobre una mesa de metal plana, entre ellos el poeta John Ashbery, el curador de arte Henry Geldzahler y el crítico Irving Sandler.
Pero ya en la década de los 80, Alex Katz se dejó llevar por el mundo de la moda. Así que decidió retratar a grandes modelos en ropa de diseñador, entre las que destacan Kate Moss y Christy Turlington, entre otras. Y no solo eso, pues Alex Katz llegó a retratar a la mismísima editora en jefe de la Vogue americana Anna Wintour. “Siempre he estado interesado en moda porque es efímera”, dijo el artista.
En los retratos de Katz, se puede apreciar un gusto tácito por el buen vestir. Las mujeres ostentan detalles elegantes en sus vestuarios al igual que los hombres en trajes. Desde el arte pop, Alex Katz demuestra que sus pinturas, tanto como sus esculturas e impresiones, son capaces de equilibrar la cultura popular con el estilo, la delicadeza y la belleza cotidiana del Soho.
Imágenes: artdaily.com/ saatchigallery.com/ artnet.com/ micasaesmimundo.blogspot.com/ morningstairs.blogspot.com