Colaboración desde Valparaíso por Paula Stange.
Valparaíso ha recibido a lo largo de su historia, a inmigrantes, a turistas nacionales e internacionales, algunos temporales y otros a los cuales les resulta inmensamente imposible seguir con sus caminos, y que han decidido formar parte de esta cultura receptora de trotamundos. Así comienza a gestarse un habitar de múltiples colores -como dice la canción- y personajes, que con diversas tipologías de vestuario, se han convertido en una de las características de este lugar, así como todo lo que implica que ésta sea además una ciudad universitaria por excelencia.
Este antecedente nos habla de un movimiento juvenil y adulto-joven que desarrolla una identidad propia que se abstrae hasta crear una identidad común del puerto, desde sus escalas y quebradas, hasta plazas y ascensores, específicamente en los lugares de tipo urbano, desde donde se desarrollan también las tendencias y estilos que se observan en Valparaíso.
Entonces, ¿cuáles son esas tendencias y estilos reconocidos? Pues bien, si analizamos la ciudad de Valparaíso en cuanto a su situación actual, podemos reconocer tres tipos de desarrollo en cuanto a moda y diseño se trata. El primero de ellos habla del desarrollo como polo de Diseño, tomando en cuenta que esta ciudad alberga a la mayor cantidad de Escuelas de Diseño en el país. Este factor demuestra una clara intensión de potenciar la ciudad y específicamente cerros como Alegre y Concepción, con nuevas tiendas de vestuario pertenecientes a estudiantes o egresados de diseño. Una de ella es “Bazar la Pasión” (ubicada en Almirante Montt # 1 Cerro Concepción) que pretende rescatar y poner en valor la esencia de Valparaíso, y la identidad porteña por medio del vestuario.
En segundo lugar se debe tener presente un hito ciudadano-comercial importante y no menor como lo es “la Feria de las Pulgas” ubicada en Avenida Argentina los días miércoles, sábados y domingos, en la que es posible encontrar vestuario y accesorios usados para ser reciclados o para vestir de inmediato. Este factor impulsa una tendencia a la utilización de ropa usada, tal como es el fenómeno vintage, y a la venta de ésta siendo un importante referente en públicos jóvenes y adultos que desarrollan el estilo antes mencionado. Plazuela Aníbal Pinto, centro cultural y bohemio de la ciudad, también es parte de esta ruta de la ropa usada en la que algunos jóvenes venden sus prendas con tendencia a un estilo más urbano en el que se reconocen chalecos, vestidos, parkas, jockeys, y mucho más.
El tercer hito es aquel que habla de una cultura en la que el punk y aquellas oscuras vestimentas combinadas con animal print forman parte de un estilo transgresor que genera aquella identidad nocturna del puerto y que se manifiesta en la calle, pubs y en tocatas de emergentes grupos en los que estilos de tipo más underground también se hacen presentes.
Es así como podemos dar cuenta de un imaginario porteño cargado de curiosidades topográficas y culturales en que el contexto genera la moda, entendiendo entonces que una ciudad o pueblo es capaz de aportar en la creación de identidades y estilos.