La polera es Topshop, la falda y las botas son Zara y la cartera es Michael Kors. Escucho Coldplay, me gusta la película The Notebook y estoy leyendo el libro La casa del escritor.
Todas gozaron de popularidad entre 1987 y 1997, acompañando editoriales de revistas y trabajando con los mejores diseñadores y fotógrafos del mundo. Más de alguna será siempre recordada por su belleza y look, pero de alguna manera, todas le deben mucho al click de Peter Lindbergh. El artista, que gusta de retratar en blanco y negro o sepia para acenturar el romanticismo de su estilo, fue uno de los que impulsó la carrera de estos rostros que explotaron a principios de la década de 1990 acompañando portadas y páginas internas de Vogue, Harper’s Bazaar y más. Por eso, la edición de septiembre de Vogue Italia reúne nuevamente a Lindbergh con sus adoradas supermodelos en una sesión que tiene todo el sello tradicional de aquellos años, donde se echan de menos a algunas de las más representativas de esta corriente de mujer alta, elegante y versátil para las revistas.