La época de Diana Vreeland en Vogue dejó un nuevo registro de cómo las editoriales de moda se transformaron combinando moda y lugares exóticos. En 1971, aun era editora en jefe de la revista cuando el chileno Raymundo de Larraín plasmó su propia visión acerca de un viaje a España, capturando paisajes y trajes de lujo en rincones soñados. En esta editorial, de Larraín demuestra por qué fue uno de los pocos chilenos en aparecer en Vogue, donde además se dio el lujo de retratar a Marta Montt y Jimi Hendrix, entre otros, a través de espectaculares estilos de caleidoscopio.