En el mundo de las editoriales de moda, la mejor manera de presentar los artículos a mostrar es a través del acercamiento. Para las joyas, las modelos muestran manos en la cara, mientras que los zapatos siempre son desplegados en vitrina. Pero en 1995, el erótico Helmut Newton demostró en Vogue que los zapatos también tenían el atractivo de una historia, a través de la editorial con Nadja Auermann.