Cuando empezaron a aparecer los blazer “juveniles” hace un par de años (los boyfriend blazer, los más rockeros que pudimos ver en colecciones como las de Balmain y Givenchy), yo tuve mis reparos. Para mi, el blazer era una prenda de oficina propia de mamá, Hillary Clinton y Maria Angélica Cristi. Sin embargo, hoy debo tragarme mis palabras. Amo los blazer, (cuando son estilosos y usados de buena manera).
Si no me creen que el blazer puede ser una super herramienta de formalizar look, armar el cuerpo de una forma increíble, un aliado incomparable en la época de primeros fríos, y -MUY importante- de primeros trabajos (es el as bajo la manga de la estudiante en práctica), vamos con algunos consejos que convencerán a las más renuentes.