Hace poco me tocó entrevistar a Adolfo Fernández, diseñador nacional de apenas 26 años que está metiendo harto ruido, por dos razones: 1. Lo recomendaron públicamente Carola Parsons y Juanito Yarur y 2. Trabaja con piel de chinchilla. También hace ropa de fiesta y otras cosas, claro, pero el tema de las pieles le ha traído más de algún problema. Estudió sobre el tema en Madrid y en Saga Furs of Scandinavia, el mejor lugar del mundo para estos fines. Está acostumbrado a estar a la defensiva y se ha preocupado de manejar harta información sobre el uso de pieles en la moda y toda su polémica. Copio aquí sus argumentos:
La polera la compré en Patronato, la chaqueta en Buenos Aires, el bolso en Manchester y las calcetas en Barcelona. Las botas son Open Baires. Escucho Florence and the Machine y GoldFrapp, me gusta el diseño independiente y uso un perfume de Versace. Hoy en el Blog: Imelda Marcos, la mujer con los 3.000 pares de zapatos Fernández, el de
Desde que Carrie Bradshaw y compañía llegaron a la televisión a hablar sobre Manolos, Louboutins y otras marcas hoy reconocidas de zapatos, las mujeres común y corrientes no sabíamos mucho acerca de diseñadores para nuestros pies ni mucho menos de una exhibición tan pública de amor por ellos, que llevó a Carrie a comprar más de 100 pares. Pero mucho antes de 1998, una mujer con una vida demasiado pública llevó su amor más lejos, y recolectó cerca de 1,000 pares de zapatos y muchas joyas y lujos de diseñador.