Se dice que, si la ropa habla de ti, las poleras lo gritan. Y aunque yo no esté muy de acuerdo en hacer de tu ropa una manifestacion tan literal de la opinión (prefiero que las sutiles diferencias hagan lo suyo) en estos dias me llamaron mucho la atención dos casos de poleras que causaron revuelo, y seguramente, algún despido en sus respectivos lugares de origen.