Hubo un momento en el que Meg Ryan fue la novia de America. Peliculas como Cuando Harry conoció a Sally y Sleepless in Seattle (mis favoritas) la tuvieron en la cima de Hollywood durante los ochenta y noventa. Sin embargo, hoy, a pesar del talento para la comedia y belleza de chica de al lado que sin duda tenía, se ha convertido en una actriz con una carrera en stand by y una cara pulida, plastificada, hinchada e inexpresiva.
En el extremo opuesto de la moneda, tenemos a Demi Moore. Una cuarentona espléndida, que no tiene ningún empacho en salir en bikini abrazada una tabla de surf y que sin duda era linda cuando era joven, pero que actualmente se ha convertido en una mujer mucho más completa y sexy.
¿Qué es lo que diferencia a estas dos mujeres? Buen botox, mal bótox. O más bien, pequeños ajustes o makeovers irresponsables.