El martes en la noche, mientras estaba en la avant premiere de la película Coco antes de Chanel, me dí cuenta de cuánto me gusta la moda. Porque quería ver menos historias de amor y más tijeretazos, más telas, más vestidos. Lo más choro de la cinta protagonizada por Audrey Tatou fue cómo ella –o, mejor dicho, su personaje– va mirando el mundo desde la ropa y entendiendo su poder transformador y comunicador. Además, claro, de lo que ya se sabe: que Coco liberó a las mujeres de la incomodidad al vestirse, simbolizada en sus tiempos por el exceso de joyas, los sombreros incómodos y los corsets apretados.