Colaboración por Rodrigo Wells
El cuidado de la piel es sumamente importante en el invierno, pues existe el peligro que durante este tiempo nuestra piel enfrente severos cambios sino la tratamos como se debe. Nuestro cutis atraviesa por varios tipos de calores y fríos durante el día, lo que puede ocasionar grandes daños.
Lo primero es tener claro cuál es tu tipo de piel, pero si no lo sabes, te recomendamos que hagas esta pequeña prueba en casa: primero limpia tu rostro, espera 15 minutos y posa sobre tu piel papel secante cortado; si tu piel es seca, el papel quedará limpio, por el contrario, obtendrás producto de las glándulas sebáceas, manchas aceitosas en el papel.
Resultados tipos de pieles:
Piel normal: Se caracteriza por estar bien hidratada, esto se refiere a una piel balanceada o que se encuentra en equilibrio, no es demasiado grasa, ni demasiado seca. Además es suave y resistente a los cambios de temperatura.
Piel mixta: Se presenta grasosa en la zona “T”, es decir, frente, nariz y barbilla. El resto del cutis, como las mejillas y la sien, lucen secas. Este tipo de piel requiere atención especial, debido a que los diferentes puntos se deshidratan a lo largo del día.
Piel seca: Carece de hidratación o agua y luce opaca. Este tipo de piel se siente incómoda y tirante, presenta zonas de enrojecimiento e irritación. Es más común en las pieles maduras, puesto que pierden la hidratación con mayor facilidad. Tiende a descamarse y se reconoce por su falta de brillo.
Piel grasa: Se caracteriza por su exceso de brillo. Es usual encontrarla en jóvenes y tiende a manifestarse con espinillas o acné. Además muestra poros dilatados y es propensa a los puntos negros.
Piel sensible: Luce rosada o rojiza, sobre todo en las mejillas. Manifiesta reacciones alérgicas frente a diversos productos cosméticos o de cuidado, además de ponerse roja al exponerla al sol o al viento. Es el tipo de piel más delicado, debido a que necesita recibir un cuidado especial.
Independiente de cual sea tu tipo de piel, el invierno, sus heladas y las calefacciones crean en nosotros daños cutáneos casi irreversibles, es por ello, que te traemos 10 consejos que de seguro te servirán para contrarrestar los problemas que trae de por sí esta bella estación.
Aplícalos, compártelos con tus amigas y esperen los cambios.
1.- Humectar
Utiliza humectantes de penetración profunda para tu rostro, estos son creados con el fin de hidratar las diferentes capas de tu piel, evitando con los efectos deshidratantes de la temporada invernal. Aplica crema neutra a base de glicerina varias veces al día y acompaña de serum facial por las noches, de manera complementaria al uso de cremas. Los serums son productos que hidratan más en profundidad que una crema común y corriente, y son compatibles y efectivas con todas las edades, debido a que sus aceites esenciales y nutrientes son perfectos para pieles de todo tipo.
2.- Limpia en profundidad, pero con cuidado
Lava y limpia tu cara cuidadosamente con un jabón especial indicado para tu tipo de piel, solo en la noche antes de dormir. No olvides que hay que tratar con delicadez nuestro rostro. Previamente utiliza desmaquillante para eliminar el siempre resistente maquillaje de ojos, todos los días.
3.- Usa protector solar:
No importa si el día está nublado, si está lloviendo, si hay relámpagos o si va a nevar. Aunque sea invierno resulta elemental intentar contrarrestar los efectos del principal motor del envejecimiento cutáneo: el sol. Así también evitarás manchas o daños irreversibles en tu piel. Cuídate, usa protector.
4.- Exfolia
En invierno como máximo una vez a la semana, date un tiempo y exfolia tu piel con el fin de eliminar las células muertas y permitirle a tu cutis respirar mejor. Una vez creado el hábito, notarás los cambios y sentirás tu piel más suave, además de sentir mejor las propiedades de las cremas que uses, gracias a que penetraran mejor.
5.- Aplica mascarillas
Resultan clave para el cuidado de la piel en términos de “beauty”, ya que existen millones de componentes y maneras de hacerlas, al igual que texturas. Además, son una excelente excusa para disfrutar de un tiempo a solas y darle un respiro a tu piel. Para esta temporada, la mejor que puedes utilizar es la de plátano con miel (dejándola actuar durante 30 minutos), debido a que resulta muy hidratante, al igual que la de palta con gotas de aceite de oliva (también dejar aplicar durante 30 minutos).
6.- Intenta mantener temperaturas bajo control
No abuses de las duchas con agua muy caliente, evita la calefacción muy fuerte y abrígate lo mejor posible al tener que salir a la calle. Recuerda que en invierno esto es lo que más afecta la superficie del cutis, lo cual resulta muy agresivo para nuestra piel.
7.- Solo para labios
No mojes tus labios con saliva a lo largo del día. Ellos crean una fina capa protectora, la cual se autodestruye al contacto con la saliva, por eso resulta contraproducente que los humedezcas así. Utiliza un bálsamo labial durante la época de frío.
8.- Healthy life
Llevar una vida saludable aporta a tu piel los nutrientes que necesita. Por ello, si es posible, deja el cigarro y disminuye el consumo de alcohol. Eso, sumado a una dieta balanceada y un buen consumo de agua, dan el paso perfecto para mejorar tu piel de forma natural. No olvides que en invierno las tentaciones de la comida y la bebida para entrar en calor, son mayores, por lo que intenta mantenerte alejada de eso.
9.- Utiliza aceites
Puedes comprar o hacer tus propios aceites para uso facial o corporal macerado. Todos los ingredientes con los que son hechos se unen durante el tiempo de maceración (casi un mes) y sus propiedades, juntas, son de gran beneficio para tu piel. Uno de los mejores es el aceite de coco extra virgen, el cual sirve para la cara y el pelo. En este último, puedes utilizarlo antes de dormir cada 15 días haciendo una trenza y dejándolo así hasta la mañana siguiente. También está el aceite de rosa mosquete cuyas propiedades cicatrizantes son excelentes.
10.- Humedece el ambiente
Utiliza un humidificador de ambientes si es que este es muy seco. El frío y la calefacción perjudican la humedad del aire y tu piel. Con esto podrás contrarrestar la principal causa de sequedad cutánea y enfermedades en invierno.