Aunque la muerte del reconocido diseñador francés Yves Saint Laurent se produjo en el año 2008, fue durante el 2002 que el mundo de la moda se conmocionó ante su retiro. Un gran desfile en el Centre Pompidou de París que congregó a más de 2.000 personas, sin contar con la multitud que se reunió en las afueras a observar a través de pantallas gigantes el show, marcó el fin de una era. La razón de su retiro, en palabras del propio diseñador, fue “la decepción producida por el mundo del diseño actual, que se preocupa más por el dinero que por crear algo original”, una cita que recién hoy tiene sentido para muchos, al revisar las constantes inspiraciones que aparecen alojadas en el pasado de la mano de marcas de lujo actuales.
La ausencia de YSL del mundo de la moda, no solo trajo consigo repasos nostálgicos que apuntaron a revivir más de 40 años de carrera que se iniciaron con Dior, y que luego se vieron inmortalizados en su propia casa de moda. Fue allí que el francés se dedicó a marcar una y otra vez originales propuestas que cambiaron el rostro de la moda femenina; en ese último desfile del año 2002, aparecieron desde el Le Smoking que hoy recrean Phillip Lim y Dolce & Gabbana, hasta el vestido de la colección Mondrian que inspiran a Prada y Jean Charles de Castelbajac. También están los abrigos de piel de colores que hoy recrea Versace y Fendi, y también el lujo en color block que apareció con Gucci e incluso Falabella; no hay marca ni diseñador que escape a la inspiración original de este revolucionario de la moda.
Y por supuesto, está también su relación con el cine. Yves Saint Laurent fue, después de Hubert de Givenchy, uno de los primeros diseñadores en construir tendencias altamente imitadas a través de su vestuario para Catherine Deneuve, su amiga -y “no musa” en palabras de la propia actriz-, mientras aparecía en la gran pantalla. Desde el vestido negro de cuello blanco y el abrigo de vinilo de “Belle de jour” (1967), pasando por los vestidos de seda de “The Hunger” (1980) o los trajes safari de “Liza” (1972); todos apenas se vieron llevados por la actriz, se convirtieron en un éxito. Su amor por el arte también lo llevó a explorar límites aun desconocidos para muchos diseñadores, y a mezclar esto a través de vestidos y piezas que encontraron su lugar en el MET, la primera exhibición de un diseñador de moda en ese lugar. Si a esto le sumamos su liderazgo a la hora de trabajar con modelos de color, convirtiéndose en el principal apoyo de nombres como Pat Cleveland, Iman, Katoucha e incluso Naomi Campbell, entonces comprendemos por qué su partida ese día de enero del 2002, dejó a tantos con cierta nostalgia por el pasado.