Existen rostros emblemáticos en el mundo de la moda y Carmen Dell’Orefice es uno de ellos. Su belleza ha resultado inextinguible a pesar del tiempo, teniendo el privilegio de no sucumbir ante el olvido.Los orígenes de su belleza, provienen del cruce entre su padre italiano y su madre húngara, de los cuales heredó sus característicos rasgos. Carmen nació un 3 de junio de 1931 en la ciudad de Nueva York. Desde pequeña no contó con la presencia de su padre ya que este la abandonó a temprana edad, viviendo junto a su madre en un entorno hostil y extremadamente pobre, del cual solo salió gracias al modelaje.
A pesar de no contar con suerte en su primera edad, eso cambio de la manera más extraña y fortuita. La anécdota cuenta que un día venía en el autobús y una señora la miraba insistentemente, al bajar ésta le da un papel con un número telefónico. Los días transcurrieron y Carmen decidió llamar y concertó una cita con esta mujer, quien era esposa de un importante fotógrafo que trabajaba en Harper´s Bazar. Esas fotos no fueron tomadas en cuenta ya que consideraron erróneamente que la modelo no era “fotogénica”.
Gracias a la persistencia de este fotógrafo, las fotografías fueron llevadas a Vogue y Carmen fue aceptada. Con solo 14 años de edad, tenía su primera portada, convirtiéndose durante muchos años, en el pilar de su familia.
Ha sido modelo de los más reconocidos artistas como lo fue Dalí, fotógrafos como Irving Penn, Cecil Beaton y recorrió la pasarela de los mejores diseñadores, entre los que cuentan Yves Saint Lauren.
Carmen Dell Orefice actualmente tiene 80 años de edad y en la actualidad aún sigue desempeñándose como modelo. Sin duda, su rostro es uno de los más influyentes en la historia de la moda.