Olivier Rousteing ha demostrado que su popularidad con la pasada colección que desarrolló para Balmain, no fue pura suerte. Luego de instaurar el reinado de las perlas en la ropa de mujer y de hombre, ahora se atreve a dejar en claro que las formas pueden trasladarse a la chinoiserie y también al uso de materiales lujosos.
La colección pre fall 2013/2014 de Balmain, grita glamour. Pero ese glamour que se cruza con el new wave y que también abusa sin verse desgarbado del brocato, la seda pintada y las hombreras anchas. Pero también da pinceladas obvias y sutiles de una influencia oriental marcada, que se da en siluetas y estampados, acompañados de grandes aros de cadenas.
Vestidos ajustados que parecen estar confeccionados de bambú, chaquetas tipo kimono con cinturones gruesos dorados, trajes de estampado en relieve y figuras geométricas en chaquetas y pantalones. El diseñador de 27 años se convierte poco a poco en una las figuras más emblemáticas de la generación de recambio de las casas de moda, que pronto se verá representada por Alexander Wang en Balenciaga.