Suazilandia, un pequeño país ubicado al sur de África, acaba de promulgar una ley que prohíbe el uso de minifaldas, de jeans de talle bajo y de poleras ajustadas en todas las mujeres, todo esto bajo el simple y patético raciocinio que dice que este tipo de prendas provocadoras “facilita la violación, porque es fácil retirar el pequeño trozo de tela que llevan las mujeres”.
Seis meses de cárcel es la pena que arriesgan las mujeres que incumplan la norma resucitada de una arcaica ley colonial que data del año 1889, según lo que informó la portavoz Wendy Hleta, quien además agregó que “las mujeres que llevan esta ropa son responsables de las agresiones y de las violaciones que sufren. Leí en una red social que los hombres y, en ocasiones, incluso las mujeres, tienden a ‘desnudar a la gente con la mirada’. Esto es más fácil con ropa ajustada o sugerente.”
La policía de la última monarquía absoluta en África anunció esta medida luego de que se realizara una manifestación por la igualdad de derechos y por una mayor seguridad el mes pasado, dirigido por un grupo de jóvenes mujeres en la ciudad de Manzini. Todo esto parece increíble, más aún cuando nos enteramos de que los trajes tradicionales que usan las jóvenes durante la “danza del junco” deja prácticamente sus cuerpos descubiertos para que el rey Mswati III pueda elegir a una de ellas como su nueva mujer.
Este país cuenta además con uno de los niveles más altos de enfermos de VIH del mundo y se estima que dos tercios de las adolescentes de Suazilandia son víctimas de algún tipo de agresión sexual (de acuerdo con el sitio web South African Independent Online). Está más que claro que el problema existe y es serio, pero honestamente, ¿en qué estaban pensando?
