El desfile que todos esperábamos ver ayer en las pasarelas de París Fashion Week era sin duda el de Alexander McQueen. Con gran expectativa, la diseñadora que tomó las riendas de la marca del difunto diseñador inglés, demostró una vez más interpretar a la perfección el espíritu de McQueen con una colección redonda, llena de significados y metáforas sobre las abejas.
“Después de la explosión de proporciones de la última temporada, quería realmente retomar la silueta de la casa, que se trata de la condición de la mujer y abarcar las siluetas femeninas” anunció una embarazada Sarah Burton, quien hoy toma el lugar de abeja reina en la vanguardista y rompedora firma. “Quería enfocarme en la cintura, las caderas y el busto, y luego ir desmenuzando. Quería que se sintiera erótico, pero no abiertamente sexual”, explicó la diseñadora sobre la colección.
Así fue como una serie de modelos con las caras semi-cubiertas por una interesante re- interpretación del gorro de apicultor comenzaron a desfilar por la pasarela, con prendas magníficamente elaboradas en todos los tonos posibles de la miel: desde colores cafés y rojizos, hasta suaves dorados. La propuesta de prêt-à-porter primavera-verano 2013, que en realidad tuvo mucho de Alta Costura, fue todo lo que podíamos esperar de Alexander McQueen.
Las cinturas de avispas enmarcadas por anchos cinturones de acrílico y los arneses tipo armadura hablaban el mismo lenguaje que colecciones anteriores de la marca. Pero la diseñadora fue más allá y en todo los diseños se notó su clara y a la vez conceptual inspiración. Trajes estampados con panales de abejas, vestidos plisados como panal refractado, voluminosos faldones con flores bordadas que tientan con su polen, mallas con dibujos hexagonales…todo nos invita a rodearnos de estos insectos como un gran zumbido.
