La inspiración de la colección primavera-verano 2013 que nos propuso Trussardi en el marco de Milán Fashion Week, es la historia de una joven que deja atrás su vida en Europa para envolverse en la intensa energía de New York, que se aleja de la pureza para dejar el camino libre a la rebeldía. La dualidad de lo femenino con lo masculino se apodera de la pasarela que muestra vaporosos vestidos que contrastan con chaquetas de traje sastre.
Todo comienza con suaves amarillos pasteles, con pantalones estilo setenteros y chaquetas de doble abotonadura. Estos elementos, combinados con piezas metálicas que simulan corbatas, dejan entrever luego, un rudo y masculino azul.
La chaqueta “bomber” vuelve a aparecer, y en esta ocasión en una versión bicolor que se mezcla con vestidos y pantalones anchos. Cazadoras con estampados de pitón hacen juego con swetears de cuello cisne para luego dar paso a un sutil estampado floral en tonos grises y ocres. El término del desfile se dio por los acabados de cuero que se materializaron en distintas prendas de la colección.
