Sin duda, una de las buenas cosas de viajar es conocer otro lugar, desplazarse y mirar por días o semanas el mundo con asombro. Pero además de disfrutar de lo nuevo, también se convierte en un disfrute el ritual de preparación, el cual consta de elegir ropa, zapatos y porqué no, una bella valija.
Cuando por vez primera te encuentras frente a una Williams British Handmade, pareciera que éstas son parte de la decoración de una casa o bien un bello mueble finamente trabajado, pero cuando con asombro te das cuenta que son hechas para ser usadas, su uso se convierte en fantasía.
La fabricación es hecha completamente a mano y cada detalle es prolijamente estudiado, los materiales son cuidadosamente escogidos para revelar tanto calidad como diseño. Cada valija es pensada y finamente adornada por orfebres, quienes moldeando el bronce, logran dar un fino terminado que hace de cada maleta un artículo irrepetible.
Así, el final de un viaje no significa el final de la maleta, ya que su belleza siempre nos recordará nuestras vivencias junto a ella y su presencia, tal vez en el living de nuestra casa, decorará nuestros días.
