Estos son zapatos hechos con amor. Sus creadores, Aaron Osborn y Carla Venticinque se rigen por el lema: “zapatos hechos con esperanza, positividad y dedicación”. Luego de que Aaron se graduara el año 2007 de la carrera de Diseño del Rhod Island School, con una especialización en pintura y grabado, viajó a Guatemala, a ayudar a su familia que manejaba un gran orfanato. Una vez ahí, participó en acciones sociales y daba clases de arte a los niños del hogar, cuando un día se encontró con un zapatero y le vino a la mente la idea de crear Osborn Handcrafted, la marca que luego nació en 2009.
Desde entonces, trabajan con el mismo zapatero que conocieron esa vez, además de un grupo de treinta y cuatro talentosos artesanos. “Hacer el bien con buenos diseños” es la misión de Osborn, que combina el trabajo humanitario con un proyecto de diseño de la mejor calidad. Lo más original de esta marca, es que el taller está ubicado en unas montañas volcánicas, a las afueras de la Ciudad de Guatemala. Desde este lugar, ideal para desconectarse del mundo y realizar un trabajo integral y dedicado, los zapatos son armados a mano, uno por uno.
Esta libertad artística, de no seguir el ritmo vertiginoso de las grandes empresas y de no crear y crear colecciones diferentes para cada estación, le otorga a Osborn un valor agregado a los zapatos, mucho más rico y gratificante, que es el trabajo del artesano, firmado por el mismo y valorado por el usuario.
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Las colecciones cápsulas que paulatinamente van lanzando, están inspiradas en el arte, el folklor, la artesanía, la naturaleza y todo lo bello de esta vida. El equipo detrás de Osborn Handcrafted toma las clásicas formas del zapato Oxford, del “slip-on” y de los botines de telas para crear una nueva versión, más hippie y más parecido a una obra de arte.