A fines de los ’60, en una época posterior al movimiento hippie, otro estilo se formaba casi en paralelo y abrió las puertas de una sociedad musical descontenta con el sonido y look de moda; así surgió el glam rock, que cambió los jeans rasgados y las chaquetas de cotelé por pantalones bordados y abrigos de piel púrpura, jugó con lo andrógino pintando ojos y boca en hombres y fue recreado con gran éxito en la cinta “Velvet Goldmine” de 1998. Allí, los personajes parecían un híbrido de las figuras más importantes de esa era, entre el Lou Reed de “Transformers”, el guitarrista Mick Ronson, un toque de Iggy Pop y T-Rex, y por supuesto, una gran parte de la teatralidad y look de David Bowie, o mejor dicho, Ziggy Stardust.
Aunque varios señalan que Ziggy personificaba una mirada sarcástica a ese glamour musical que iba de la mano con Warhol y la fascinación por el espacio, fue Bowie el que se inspiró en el look de los transformistas neoyorquinos que acompañaban al artista para enfundarse en enteritos plateados, camisas rojas o doradas, botas brillantes con plataformas y por supuesto, una maleta de maquillaje más importante que la de cualquier mujer. Aunque el camino fue popularizado por Bowie, en ese mismo tiempo Marc Bolan de T-Rex era el líder del espíritu Glam, que en parte fue robado de la imagen del cantante Gary Glitter y su deseo de aparecer con chaquetas de piel y ternos dorados. Roxy Music, con un Brian Eno que parece sacado de una escena de “Velvet Goldmine”, también se adentró en esta imagen y sonido en sus primeros discos, mientras bandas como Sweet, New York Dolls o incluso The Runaways influenciadas por el excéntrico Kim Fowley aportaban con lo suyo. El rock fue mutando y su influencia descargándose en todas las versiones posteriores.
Y en un estilo donde el look y la música eran inseparables, la influencia llegó a la moda y las casas de diseño. Décadas después de esta fiebre glam, Jean Paul Gaultier mostraba su mejor versión en las pasarelas parisinas el año 2007, y Balmain se concentró en esa imagen hasta la partida de Christophe Decarnin este año. Para Gucci y Frida Giannini, el invierno del 2006 fue la consagración de su oda a David Bowie y la pandilla glam, mientras Givenchy dio algún guiño al look el 2010. Y las revistas de moda no se quedan atrás; cada cierto tiempo, el estilo andrógino pero lleno de exuberancia reaparece para encantarnos; el último hit, el modelo Andrej Pejic y su facilidad para adaptarse a usar vestidos, chaquetas y tops de preferencia femenina, tal como Bowie lo hizo alguna vez para sus fotografías, y como la cinta “Hedwig and the Angry Inch” (2001) mostró con perfección y canciones, al mejor estilo de una ópera rock glam: con pomposidad pero mucho, mucho estilo.