¿Quién es este ingeniero, empresario francés, excelente pianista y el séptimo hombre más rico del mundo según Forbes? Aunque su rostro no aparezca habitualmente en las revistas y sitios de internet sobre moda, su presencia está allí, de manera sutil e indirecta. Este sesentón que comenzó en el negocio de bienes raíces, ha construido el imperio Louis Vuitton Moët Henessy (LVMH) -el cual posee alrededor de 60 marcas de lujo, tales como Christian Dior, Louis Vuitton, Loewe, Givenchy o Möet & Chandon- y parece no detenerse.
Nacido en Roubaix y egresado de la École Polytechnique de Francia en 1971, el galo se unió a Ferinel, la compañía de su padre, y sólo le tomó 8 años convertirse en presidente de la misma. Decidió cambiar el foco de ella hacia los bienes raíces e incursionó en Estados Unidos en el área de la construcción, pero no tuvo mucho éxito. Retornó a su país natal y se convirtió en CEO de Financère Agache, una empresa de bienes de lujo. En ese momento, comenzó la adquisición non-stop con la compañía textil Boussac.
Ilustración en la imagen:Eric Piermont/AFP/Getty Images, iStockphoto
En 2007, la revista Time lo incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo. Actualmente, el grupo LVMH está desarrollando L’Avenue Shanghai, propiedades comerciales de lujo en la ciudad del mismo nombre, junto al billonario Stanley Ho. Esto se debe al hecho de que China es su mercado más grande después de Japón y Estados Unidos. Además, Arnault es dueño de la agencia Go Voyages, la sociedad Royal Van Lent (construcción de yates), el hotel Cheval Blanc y tiene participación en Carrefour, entre otros.
Diagrama de WSJ
Una de las últimas y polémicas jugadas del conglomerado LVMH fue el aumento en la participación de Hèrmes a 20.2%, lo cual es mirado con malos ojos por parte de la marca de pañuelos de seda y carteras de cocodrilo.
Aquí pueden leer una entrevista del Wall Street Journal del 2009, donde el titiritero de la moda explica cómo predecir el buen gusto global en una época de una baja en la economía, y donde señala sobre los diseñadores: “Están más cerca de los artistas que de los ingenieros… No son directivos normales, y debes balancear su creatividad y racionalidad. John, Karl, Marc, son genios. No los puedes poner en un ambiente racional. A veces llegan tarde, y debes aceptar que si trabajar con ellos, debes comprenderlos.”
