El año 2011, un recién egresado diseñador de vestuario europeo llegó a Nueva York para cumplir el sueño de muchos: convertirse en una de las marcas más aplaudidas entre los nuevos talentos. Tim Coppens recién se había graduado de la Royal Academy of Fine Arts de Amberes en Bélgica, su país natal, y decidió dedicarse a confeccionar ropa masculina, bajo un estilo sencillo pero bien logrado de acuerdo al street wear deportivo. El resultado: ganó el premio Swarovski en los CDFA 2013 en Moda Masculina.
En solo dos años, Coppens ha logrado cautivar con una propuesta que a pesar de mantenerse dentro del circuito de ropa más deportiva, sin tanto giro o complicación a primera vista, es quizás el más difícil para que un diseñador pueda sobresalir. Tim Coppens lo logró el 2012, cuando decidió combinar lo mejor de distintos mundos: los cuidados detalles y texturas del lujo; la comodidad de la ropa deportiva al más puro estilo Adidas o Nike, y la sastrería reinterpretada para un hombre que gusta de usar traje y también llevar zapatillas si es necesario. Con toda esa mezcla, Coppens se llevó el Ecco Domani al Mejor Nuevo Diseñador de Ropa Masculina ese mismo año, mientras el 2013 se adjudicó el Rising Star of The Year por parte de Fashion Group International, además de convertirse en uno de los finalista del LVMH Prize.
Pese a tanto logro, Coppens simplemente sigue el camino que decida seguir a través de las inspiraciones que se presentan en su vida. Por ejemplo, para la colección Spring 2015, ideó todas las piezas a partir de una de las portadas de la revista The Economist, y piensa firmemente que prefiere mil veces confeccionar ropa que pueda ser usada a tener sus prendas en museos y exhibiciones. Pero eso tiene sus raíces: el belga comenzó estudiando Arquitectura, y luego se dedicó al Diseño a través de trabajos creativos en Adidas y respirando la tecnología que hoy ya rodea a la moda en cualquier ámbito.
Fotos: Facebook y Style.com.