Japón no es sólo tierra de sushi, geishas y samurais, también es una plaza llena de diseñadores de gran talento. A quién no le suenan los nombres de Kenzo Takada, Issey Miyake o Yohji Yamamoto, todos creadores que han inyectado algo de su estética nipona al mundo del diseño occidental.
La indumentaria japonesa tiene una identidad visual un tanto difícil de explicar, pero muy reconocible a la vista, que hace de los diseños y diseñadores japoneses sean un punto aparte de exquisita creatividad . En general, podemos decir que el estilo de los creadores nipones es algo étereo, con mucha influencia de lo ancestral y con una tensión entre la simetría y la deconstrucción siempre presentes en sus trabajos. Se trata, que duda cabe, de conceptos todos arraigados en la cultura misma del Japón y traspasados de ahí a las pasarelas. Si bien los diseñadores antes citados son eslabones indispensables a la hora de analizar el diseño asiático, hay otros que no han tenido la atención mediática que sus compatriotas, pero cuyo talento bien sería merecedor de un reconocimiento más masivo. Es el caso de Kamishima Chinami y Takumi Hatakeyama.
Nació en Tokyo y se graduó de la ESMOD (‘Ecole Supérieure des Arts et techniques de la Mode), sede japonesa. En 1998 lanzó su marca homónima después de un extenso viaje por lugares exóticos cuyas peripecias fueron la inspiración de sus primeras colecciones. Recién en 2002 lleva sus diseños a la pasarela y lo hace en el Tokyo Fashion Week y en 2004 abre su primera tienda. Sus diseños consisten en composiciones muy cuidadosas elaboradas a partir de capas, distintos estampados y telas. Es bastante innovador en la creación de siluetas y sus shows se caracterizan por un estilismo muy poco convencional. A pesar de lo intrincado de sus diseños, ellos conservan una esencia femenina única que hacen que sus diseños se queden plasmados en la memoria de quienes miran su trabajo.
El trabajo investigativo enfocado en la creación de nuevos procesos productivos y la búsqueda de nuevas materias primas son también parte del quehacer de la marca.Por ejemplo, Kamishima desarrolló una fibra especial que resultó de la combinación de algodón y lana que usa en sus creaciones. Los procesos de teñido de las telas son también creación propia.
En 1985 se gradúa del Tokyo Mode Gakuen y luego de una estadía en París donde trabajó de asistente para Enytachou Design Studio, se instala con su propia marca T H D La Mason, en 1991. A pesar de que sus diseños a veces resultan bastante avant garde, las creaciones de Hatakeyama son mas bien pulcras y simples. Pero su simpleza no se traduce en piezas fáciles de digerir sino en composiciones que destacan por su armonía visual pero llenas de detalles. Sus diseños derrochan clase, al punto de que su marca pareciese tener mucha influencia europea. Probablemente, se trate de uno de los diseñadores japoneses más occidentalizados. Es conocido por su estilo conservador que mezcla cortes clásicos con texturas modernas que le dan una estética fresca a la marca.
