El 5 de mayo de 2025 la Met Gala fue, como siempre, un desfile de creatividad, lujo y narrativas visuales. Pero entre tantas siluetas impecables y looks cuidadosamente coreografiados, hubo una aparición que no solo destacó sino que dejó huella: nos referimos a Alex Consani. Su nombre quizás ya resonaba entre quienes seguimos de cerca las nuevas caras de la moda, pero esa noche, lo suyo fue un statement en toda regla.
A primera vista, el vestido tipo traje que llevó—un diseño marfil cubierto de cristales de Swarovski, con escote profundo y cortes que abrazaban su figura—, parecía una oda al glamour. Pero había algo más ahí; algo en la forma en que lo llevaba, en cómo se movía, en la historia que elegía contar. Las solapas cubiertas de 32.900 cristales (puestos a mano) envolvían su cintura y espalda como si fueran una armadura translúcida. Y de algún modo, lo eran.
Porque más allá del brillo, Consani llevó consigo una narrativa. Hizo referencia a dos figuras clave: André Leon Talley y Patrick Kelly. Talley, quien durante años fue una fuerza imparable en Vogue y un defensor del dandismo negro, y Kelly, quien rompió barreras con sus diseños exuberantes y radicalmente inclusivos. Alex no los evocó porque sí: lo hizo porque entiende que vestirse también es un acto político.
Y eso es lo que hace de ella algo más que “la chica que se hizo famosa en TikTok”, porque ahí comenzó todo. Con sus videos cargados de humor, estética Y2K y una frescura que la separó del resto. Pero sería un error pensar que quedó ahí. A sus 21 años, Alex Consani —quien además ha hablado abiertamente sobre ser una mujer trans— no es solo una modelo que posa bien ante la cámara: es una narradora visual, una voz generacional que ha sabido combinar la cultura pop con una sensibilidad histórica inusual en alguien tan joven. Lo de Alex en la Met Gala no fue un debut, fue una declaración. Una que dice que el futuro de la moda no solo se ve bien, también tiene memoria, profundidad y algo que decir.
Fotos: Vogue, Teen Vogue.
