Comentario de “YANGDRUB: ritual budista en Kalmukia” de Vincent Moon

Comentario de “YANGDRUB: ritual budista en Kalmukia” de Vincent Moon

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Colaboración de Nicole Inostroza
Video de Vincent Moon 

 ¿Qué pasaría si la luz organizara una fiesta? Entre instrumentos, bailes y gestos, los kalmukos invitan a la iluminación divina en el ritual del Yangdrub. Los calmucos son un pueblo mongol, habitantes de la Rusia occidental y único gobierno budista en Europa. Su religión abunda en ritos y cantos; su música fluye entre la dombra –instrumento de cuerda– y los vestidos tradicionales que se mueven al compás de la épica calmuca. Pero una vez en el templo sagrado, el baile se aparta para dar paso a la divinidad. En este video, Vincent Moon documenta una vez más el ritual sagrado de los budistas.

Para celebrar el Yangdrub, el pueblo calmuco se congrega en el templo temprano por la mañana. Es hora de pedir a los dioses la prosperidad y fortuna para la familia. Porque en eso consiste el Yangdrub: un ritual tántrico de invocación divina, donde los monjes piden a los dioses buena suerte, salud, fortuna y prosperidad para la gente de su pueblo.

Al llegar, cada persona saluda la gran estatua dorada de Sakiamuni Buda al centro del templo, con una reverencia boca abajo en el suelo alfombrado. La estatua, finamente adornada alrededor de velas y flores, muestra a Buda sentado en una postura tradicional, relajado en una mirada meditativa. Su brazo derecho extendido a lo largo de toda la rodilla, con los dedos apuntando hacia abajo, realiza el mudra de “Tocar Tierra”. La mano izquierda en el regazo con la palma hacia arriba está en el mudra de la meditación.

Hacia el final, un monje hace sonar los címbalos tibetanos continuadamente. Una fila de calmucos vestidos tradicionalmente –tanto mujeres como hombres–, con colores y sombreros brillantes adornados, en contraste con las prendas occidentales y modernas de los creyentes, recorren las demás habitaciones del lugar portando largas telas. Anuncian los cantos a toda voz mientras el pueblo continúa susurrando junto a los monjes. Cuando regresan al lugar de la plegaria, los asistentes los reciben de pie, con las manos en actitud de oración. La ceremonia ha concluido. La cámara de Moon capta al grupo de calmucos saliendo del templo. Sus cabezas se mueven juntas hacia la puerta, que en ese momento no es otra cosa que pura luz colmando el umbral del templo. Ahora el día trae consigo la esperanza de la prosperidad.

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