Holanda acaba de vivir cinco días intensos, en los que los diseñadores más talentosos de este país, presentaron sus colecciones otoño/invierno 2011 en el Fashion Week de Ámsterdam. Te presentamos a Roya Hesam, Roparosa y Jan Taminiau; tres destacados de la pasarela Neerlandesa.
Como una brisa de aire fresco, Roya Hesam, de origen Afgano y graduada en 2010 del Ámsterdam Fashion Institute, nos muestra su colección “Te Mana O Te Moana”, que significa “espíritu del océano” en polinesio. Su influencia proveniente de Medio Oriente y Asia se aprecia en el uso de telas livianas y volátiles, que contrastan con lo frío de la paleta de colores y las prendas más elaboradas que podríamos asociar a los Países Bajos. Finalmente, logra enmarcar todo esto con el hilo conductor de su propuesta; los motivos tribales de las islas polinésicas, aplicados a la ropa, accesorios y en los tatuajes de las modelos.
Roparosa es la marca de la diseñadora Roos Van Der Kamp. Esta joven de 26 años ya tiene un currículum extensísimo, y desde 2009, en que lanzó su primera colección, dejó claro que su sello se define por fusionar estructuras afiladas y jugar con telas más resilientes y elasticadas. En este Fashion Week, con miras a los fríos nórdicos del 2011, Roos se decidió por el turquesa, el negro, el color burgundy y los tonos nude, paleta que ya empezó a verse, los cuales combina con accesorios XL.
Jan Taminiau estudió en la Academia de Artes y luego en el Instituto de Modas de Arnhem. Desde 2007, ha tenido la oportunidad de participar en el Paris Fashion Week dos veces al año y mostrar sus colecciones de alta costura. Su familia le inculcó el amor por las antigüedades, el diseño de interiores y las técnicas artesanales, que logra plasmar con cierta nostalgia en sus distintas propuestas. Como podrás ver en estas fotos, es imposible revisar la pasarela AIFW y no reparar en su colección. Con dramatismo, las siluetas algo alienígenas desfilaban por la pasarela con las caras recubiertas en las mismas telas de los vestidos. Supongo que sabía lo que hacía, ¡aunque las modelos apenas lograban ver donde daban el siguiente paso!