Su apellido viene de la familia de su primer esposo, el nieto de quien inspiró el famoso premio Pulitzer. Pero Lilly se dedicó a la moda, y lo hizo con tanta gracia que alcanzó rápidamente la fama. Sus vestidos estampados confeccionados con materiales cotidianos, llegaron a categoría de culto, y este domingo 07 de abril fueron recordados luego de la muerte de Lilly Pulitzer.
En los años ’60, fue una más de las socialités acomodadas que reinaban en Palm Beach, pero pronto imaginó su vida de otra manera. Con ayuda de su fortuna, emprendió el anhelado negocio que siempre quiso establecer a través de la ropa, especialmente de los estampados. Le pidió a su modista una serie de vestidos con motivos florales y frutales en vivos tonos. “La marca cambió radicalmente mi vida, pero hizo felices a otros”, contaba Lilly en una entrevista del 2003.
La popularidad de sus sencillos vestidos, túnicas y jumpers confeccionados hasta con telas para manteles, llegó incluso a oidos de una ex compañera de colegio, la famosa Jacqueline Kennedy. Durante su etapa como Primera Dama, Kennedy llevó uno de los vestidos de Lilly Pulitzer que fue cortado a partir de unas cortinas; el modelo pronto se agotó totalmente, tal como hoy pasa con los de Issa que lleva Kate Middleton. Durante los ’80, Pulitzer decidió cerrar la compañía luego que decayera su fama, pero en los ’90 y sin su participación, la marca fue revivida para ser descubierta por nuevas generaciones, las mismas que hoy lloran la partida de la diseñadora original.