Cada año, la fantasía de la casa de moda Chanel se traslada a algún rincón del mundo, fusionando su clásico look con distintas características estéticas del mismo. Karl Lagerfeld ha viajado por el mundo con sus colecciones y modelos favoritos, instalándose en ciudades como Venecia, Dallas, Shanghai, Salzburgo, Edimburgo y otros rincones, apropiándose de características culturales para rendir homenaje a través de la ropa. Y este año, el lugar escogido fue Roma.
En un desfile realizado en los míticos Estudios Cinecittà, los mismos que vieron a directores como Federico Fellini, Luchino Visconti y Roberto Rossellini, entre otras leyendas, sobresalir con obras maestras del cine de este país, Chanel no solo mezcló siluetas propias de las divas de época sino también trajo de vuelta a sus musas originales de principios del siglo XXI. Junto a favoritas como Bella Hadid o Mica Arganaraz, el Kaiser puso a la australiana Catherine McNeill a abrir el show, mientras Lara Stone y Freja Beha Erichsen cerraron el desfile, rol que habían tomado en shows anteriores Cara Delevingne y Kendall Jenner.
Con pasajes típicos de shows de la marca francesa –la inclusión de modelos masculinos y el pequeño Hudson Kroenig–, Chanel demostró que puede sorprender con estilos modernos y no necesariamente difíciles de asimilar. Aquí los peinados altos, los delineados cat eye y los tacones se unieron a capas de tweed, a medias de encajes y mangas bordadas, un detalle principal en este tipo de shows. Porque el espíritu de Métiers D’ Arts sirve precisamente a mostrar el esplendor de Maison Lesage, la famosa casa de bordados que durante décadas ha servido en pos de crear a mano los mejores detalles de los trajes de alta costura parisinos y de otras famosas casas europeas.
Fotos: Chanel.
