Modelos que parecían sobrevivientes de un incendio o de un desastre nuclear es lo que se pudo ver en la pasarela de Rodarte. Telas quemadas, avejentadas y rasgadas conformaron prendas que parecían destruidas y expresaban a la perfección el motivo central de la colección “tener cicatrices y aún así ser hermoso”. Sin duda Kate y Laura Mulleavy saben de riesgo y punto de vista artístico.
En tanto, Vera Wang presentó una colección cuyos protagonistas fueron el negro y el tul y que debido a sus materiales, texturas y formas evocaba una suerte de cuento de hadas en versión gótica.