La estética imperante en los últimos años rinde culto a un look completamente retro: desde chalecos tejidos hasta botines gastados, aunque también un detalle en el grooming masculino destaca ampliamente. Las barbas se han convertido en un ideal imperante que tiene muchísimos seguidores, lo que ha disparado las cirugías con implantes de barbas desde 1996, fecha en que se practicó la primera de ellas.
Bigotes y barbas aparecen como parte principal de una práctica en el quirófano cada vez más popular. En este plano, Turquía es uno de los países líderes en las ofertas a la hora de buscar clínicas que practiquen este procedimiento; por U$2,800 dólares, puedes costear la cirugía más gatos de estadía versus los U$9,100 que cuesta hacerlo en Inglaterra, según la revista Newsweek. Los implantes pueden ser de mayor o menor cantidad de acuerdo a la frondosidad que busca el paciente, que en muchos casos está insatisfecho con la uniformidad del crecimiento de su barba.
La influencia del estilo no solo ha calado hondo entre la juventud. George Clooney o Brad Pitt, Zach Galifianakis y varios actores famosos también han liderado el look cada vez más codiciado por los hombres y admirado por mujeres. Con esta influencia, el procedimiento incluye extracción de cabello en la zona pectoral y trasera de la cabeza para formar los implantes y luego de ocho meses, aparece completamente relleno el área de la barba, tal como muestran unas fotografías en el sitio web de Gabel Center. Para varios hombres que crecen desilusionados por la falta de cabello frondoso en esas zonas, los implantes de barbas parecen destacar como una solución común del nuevo siglo.
