Diana Vreeland y el documental The eye has to travel (2012)

Diana Vreeland y el documental The eye has to travel (2012)

En los años ’40, la mujer que aparecía en las revistas de moda encarnaba una perfección que requería hasta poses estudiadas en cada editorial. A partir de los ’50, fotógrafos como Richard Avedon o Louise Dahl Wolfe jugaban con nuevas ideas gracias al apoyo de una particular editora de moda en Harper’s Bazaar: Diana Vreeland. A pesar de no estudiar diseño ni periodismo, Vreeland se convirtió en la voz más importante de la moda, todo en base a un gusto exquisito que aun es recordado.

A través de un documental estrenado el 2012 en Estados Unidos, la vida y obra de la famosa Diana Vreeland puede ser vista a través de los ojos de su nieta Lisa Immordino en “The eye has to travel”, el que repasa gran parte de la carrera de la ex editora en jefe de Vogue incluyendo entrevistas a modelos, fotógrafos, diseñadores como Hubert de Givenchy y por supuesto a la misma Vreeland en distintas etapas de su vida. El hilo conductor de este documental lo encarna la recreación de una de sus últimas entrevistas, la que Diana sostuvo con el periodista George Plimpton antes de escribir sus memorias, donde aparece la frase que le da título al documental.

Para Vreeland, la moda iba más allá de simples retratos perfectos: viajar a lugares exóticos para contar una historia a través de la ropa, contar con fotografías de apoyo originales como las de Bert Stern, descubrir talentos como Lauren Bacall o Marisa Berenson, y por supuesto, ser única y tener estilo era lo importante para ella. En un entretenido ritmo, soñador y artístico como ella a veces, se muestra no solo parte de su trabajo en las revistas, sino también como fue capaz de formar un culto en torno al museo MET, donde se atrevió a organizar las galas que cada año acogen a los nombres más importantes de la moda y muestras como las de YSL, quien se convirtió en el primer diseñador vivo en ser honrado a través de una exhibición.

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