Entrevista a Laura Marro: diseños textiles con cabello humano

Entrevista a Laura Marro: diseños textiles con cabello humano

Laura Marro estudió Diseño de Vestuario en Caracas y cuenta con una vasta experiencia internacional en Alta Costura. Asistente de diferentes modistos de la Quinta Avenida de Nueva York, fue la segunda creadora del concurso Miss Venezuela, y con varias presentaciones de sus creaciones en los desfiles de la Cámara de Alta Costura Chilena, vistió a Naomi Cambell en su última visita a nuestro país, con un vestido que confeccionó en base a cabello humano. 

Preocupada por la progresiva desaparición del petróleo, materia prima necesaria para fabricar la mayoría de las telas, además del excesivo precio de las sedas, Laura Marro también está en contra de la matanza de animales para utilizar sus pieles, por lo que decidió investigar un nuevo método que permitiera fabricar telas con algún elemento que no dañara a nadie y que se encuentre en todas partes: el pelo humano.

Mientras su hijo miraba atentamente el programa de televisión en el que se transmitía un concierto del grupo Metálica, Laura fijaba su mirada en el largo cabello del vocalista del conjunto que, a trasluz de colores, caía en cámara lenta, como si fueran hilos de seda. Esta imagen motivó a la diseñadora a investigar la posibilidad de elaborar una tela hilando este residuo de diferentes peluquerías.

Inmediatamente, contrató a un taxista para que recorriera durante los fines de semana salones de belleza de la capital en busca de pelillo. De esta forma, recolectó entre 100 y 200 kilos de pelo semanalmente y en la actualidad acumula 6 toneladas de residuos. Inquieta por llevar a cabo su proyecto, buscó ayuda en el Colegio Industrial Textil de Santiago, único en Chile, donde logró fabricar un tejido mezclando pelo con lana y/o algodón.

En los talleres del Liceo, apoyada por cinco estudiantes y un técnico de 80 años, quien le enseñó a manejar las máquinas, obtuvo en una semana, un metro del producto “mecha torcida”, hilos de pelo humano + un 30% de mezcla poliéster/rayón tejido en telar mecánico. El pelo, a través de un proceso que consiste en agredir la estructura externa, oxidándolo, gastándole la Keratina hasta  a una plumilla, permite fusionar una fibra con otra, de lo contrario, al momento de trabajarlo en la máquina, se caería.

En la primera producción resultó una tela tosca, que no servía para elaborar prendas de vestir. Sin perder las esperanzas, probó numerosas mezclas con diferentes fórmulas hasta que logró la composición exacta para emplearla en la confección de ropas y cortinas. Los tejidos fueron sometidos a diferentes análisis que demostraron que el nuevo material protege de las ondas electromagnéticas, de los rayos ultravioleta y del smog. Estas propiedades permiten usarlos en la fabricación de diferentes artículos, que van desde trajes industriales para trabajos específicos, en ambientes donde se requiera protección de grandes exposiciones al sol, temperaturas o lluvias, hasta uniformes militares, que necesiten defensa contra sistemas de vigilancia bajo espectros infrarrojos, termales, radares y balísticos.

Posteriormente, Laura inició un nuevo proyecto: elaborar géneros de verano. En la Universidad de Chile le advirtieron que solo cambiando la estructura física del pelo, separando sus cadenas moleculares, es decir, convirtiéndolos en una especie de miel, podría hacer un hilado continuo. Experimentando en su hogar, Laura logró transformar la naturaleza del pelo, y grande fue su sorpresa cuando en la universidad, los propios doctores comprobaron que el producto logrado era de 70,7% de pura proteína y minerales en todas sus gamas. ¿Loco, no?

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