Hombres que transformaron un look en una marca

Hombres que transformaron un look en una marca

Hay gente, como Lady Gaga, que lucha día tras día para saber cómo llamar nuevamente la atención y, de paso, crear una marca con su propia imagen que se quede en el tiempo y traspase próximas generaciones. Pero para algunos hombres, no fue necesario ponerse un traje de carne para acaparar miradas, ya que simplemente optaron por cambiar un solo detalle en sus vidas para que el mundo girara en torno a su imagen y a su talento.

Una simple polera blanca con rayas negras, por ejemplo, ha sido el emblema típico de 2 hombres que tomaron Francia como referencia. Jean Paul Gaultier fue uno de ellos, con su jersey de matelot (marinero), el cual traspasó a sus creaciones generando un ícono que hasta el día de hoy lo acompaña en sus desfiles, pero también en su publicidad, una imagen que ha sido referente para identificar al mundo galo. Por otra parte, Pablo Picasso hizo alarde del mismo diseño en sus sweaters, aunque no siempre fue así, ya que esa imagen que conocemos de él es la de sus últimos años, que se basa en los pescadores franceses, pues en su juventud acostumbraba a llevar trajes de obreros que eran fabricados a base de resistentes algodones.

El pelo es tal vez la máxima plataforma que los hombres han tenido para crear una marca a través de su look. Los Beatles son el ejemplo más icónico. gracias a sus cortes de pelo estilo “Mods”. Pero no son los únicos, claro está. Kurt Cobain y su pelo desgreñado, Boy George con su trenzado (y maquillaje), The Cure, los Soda Stereo con su escarmenado y frizz incontrolables y James Dean con su pelo algo rebelde. Son muchos los nombres que podríamos decir pero con los Beatles y su corte de pelo durante los años 60′, es difícil mostrar otro representante. Tal vez Andy Warhol con su cabellera blanca podría compararse con la melena de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr, pero Warhol no logró marcar la tendencia que sí impusieron los artistas británicos, haciendo reproducir el corte de pelo en miles de jovencitos que soñaban con ser como ellos.

Difícil sería no tener en esta pequeña reseña a un bigote construido en marca. Salvador Dalí, el genio del surrealismo, hizo de su vello una marca reconocible en toda la historia, con esa pequeña vuelta que lo caracteriza y que junto con sus expresivos ojos fueron los protagonistas de todos sus retratos fotográficos. El cuidado de su bigote, al igual que muchas de las actividades del artista, fueron una obsesión que cultivó desde joven y que ha llegado a ser considerado uno de los mejores bigotes del mundo, por su versatilidad y excesivo cuidado.

Son miles de otros hombres los que hicieron de su ropa o incluso su de propia corporalidad, un ícono, con lo que basta recordar sólo en el último tiempo el cuerpo tatuado por completo de Zombie Boy o el andrógino Andrej Pejic. Pero ninguno de ellos ha podido hacer lo que sólo uno logró; cambiar la historia con una imagen nunca antes imaginada y quien sin querer queriendo, logró forjar un nuevo rumbo en la estética de la música y la estética masculina en general: David Bowie, quien más que sólo nombrarlo, la verdad es que merece un reportaje completo.

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