El trabajo de Adrian

El trabajo de Adrian

Joan Crawford con un espectacular traje de Adrian para la película Dancing Lady, 1933.

Ya sea como Adrian Greenberg, Gilbert Adrian o simplemente Adrian, Hollywood nunca conoció alguien tan glamoroso a la hora de confeccionar un vestuario para sus estrellas. Encargado directo de aportar con el glamour que la Garbo, la Harlow, la Crawford o Katharine Hepburn emanaron en sus años de gloria, Adrian asistió a los inicios de la Parsons School en Nueva York, y se trasladó a perfeccionar sus artes a París en 1922. Gracias al llamado de la esposa de Rodolfo Valentino, Natasha Ramvova, consiguió un lugar en la época dorada del cine de los estudios, cuando el staff y sobre todo los diseñadores de vestuarios, estaban asegurados para vestir de manera absoluta a las mejores estrellas.

En 1941, Adrian decide renunciar a su trabajo en MGM para dedicarse a su propia línea de alta costura. Y el legado tras sus pasos en el cine no fue menor: confeccionó el vestuario para “El mago de Oz” (1943), pasando por “Dinner at 8” (1933), “The Philadelphia Story” (1940) y “Romeo y Julieta” (1938) con Norma Shearer, entre muchas otras cintas. Además, se encargó de la versión original de “Marie Antoinette” (1938) y “Camille” (1936) con Greta Garbo, ambas con espectaculares trajes de época. Acostumbrado al lujo y a mostrar lo mejor de las actrices de cada película con su prendas, Adrian es además el autor del quizás su artículo más rememorado: los brillantes zapatos rojo rubí que llevó el personaje de Dorothy en “El Mago de Oz”.

Su carrera como diseñador de alta costura estuvo coronada por una gran investigación en arte, que demostró con su colección de 1949 “Shades of Picasso” (Sombras de Picasso). En esta colección, Adrian experimentó antes que cualquiera con la combinación de colores en bloque; además, presentó en 1945 un vestido denominado “Roan Stallion”, el que mostraba un caballo estampado tal como Stella McCartney ideó para Chloé el 2001. Parte de sus colecciones de alta costura no se quedaron replicando lo que consiguió en el cine: trajes divididos en telas diferentes, chaquetas que jugaban con el mod antes de su explosión y por supuesto, el recuerdo de su musa Joan Crawford, quien fue la que más llevó vestidos y diseños especiales como ninguna otra, antes de la muerte del diseñador en 1959. Tiempo después, museos como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York le rinden homenaje a través de la muestra de más de 80 creaciones, que grafican todos los conceptos que desarrolló en el cine y en su carrera posterior como diseñador.

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