En Chile, las tribus urbanas nacieron alrededor de los ’90, principalmente en la Capital. Durante ese tiempo, se produjo “un proceso de fuerte terrorialización de las agrupaciones juveniles pertenecientes a sectores populares, constituyéndose una gran cantidad de pandillas juveniles que se agrupan fundamentalmente a nivel de las poblaciones y de los sectores más pobres.” Esto fue resultado, a su vez, de un cambio radical en cuanto a las formas de habitar y vivir en la ciudad, producto de las incipientes tendencias de globalización y consumo masivo, por lo cual se perdió el valor del espacio local, transformando las condiciones de vida urbana y por ende, la vida cotidiana de las nuevas generaciones.