
Por ahí supe que la última movida en accesorios, después del boom del fieltro y las pelotas de lana, son las cuerdas. La diseñadora alemana es una de las que lleva la delantera. La sigue de cerca Michelle Lane, desde Manhattan. Y algunas casas de moda más clásicas, como Lanvin, han sacado también collares, aros y pulseras que aprovechan el entrelazado propio de los nudos para mezclar cuerdas con cristales y otros insumos de más pedigree.