Una apuesta dramática que sorprenda, elaborada a partir de una composición estética muy bien cuidada y bastante irónica es lo que el fotógrafo australiano, Brian Walker, retrata en sus piezas fotográficas. Con trabajos que han sido seleccionados por distintos sitios web y revistas especializadas en moda y arte, sus imágenes han sido descritas como una apuesta kitsch por confrontar situaciones reales, y a la vez artificiales, de cómo se comporta la cultura popular de nuestro tiempo. Así, no es raro encontrar en su portafolio de la galería londinense Saatchi Art a una muñeca “virtual” —semi Barbie, semi modelo de editorial— que esté estampado su propio cuerpo con un brazo mutilado para enviar su “trabajo/cuerpo” por correo.
Una fotografía glamorosa, erótica, pop y a la vez semi-grotesca es lo que este fotógrafo ha entregado al circuito de artistas que se preocupan por crear mundos semi reales y semi artificiales, que hablen irónicamente de lo que pasa en nuestros días, como una mujer maquillándose con un espejo de “lujo” incrustado a la fuerza en sus labios, las nuevas formas de “comer” o “no comer” carne, o simplemente verse secuestrada por la infinidad de opciones que hay dentro de un guardarropas, sin poner decidir, menos escapar el lugar.
Uno de los grandes referentes de este tipo de imágenes es el propio David LaChapalle, quien ha servido como referente para Walker, y quien se ha destacado por presentar estas sesiones fotográficas que a primera vista parecen salidas de una revista de moda común y corriente, promocionando distintas marcas de ropa o maquillaje en una editorial, pero que bajo una segunda mirada entregan una propuesta más dura y extremista de lo que sucede actualmente en el mundo moderno.
Imágenes de zillamag.com y beautifuldecay.com
