Hace ya casi dos semanas se transmitió el último capitulo de la sexta temporada de “Los 80”. Con un nivel de rating que se ha mantenido y aumentado desde el 2008, la serie se ha transformado en un preciado material para cientos de chilenos, ya sea porque vivieron en aquella época y se sienten identificados, o porque consideran que la estética de la serie está altamente lograda con respecto a la realidad de los años 80 en nuestro país. Los alabos por la bien lograda estética y vestuario de los personajes han llevado a la serie a ser considerada una de las producciones con mayor nivel de calidad, y ganándose miles de seguidores tras cada temporada.
Quizás lo más rescatare del vestuario de la serie es la no exageración de la vestimenta de la época. El trabajo de investigación del equipo de vestuario convierte cada prenda en algo creíble, no en una caricatura de los 80 como suele pasar en otro tipo de producciones, películas o medios que utilizan aquella década como fuente de inspiración. Tanto el rango social de los personajes como sus gustos, personalidades y sobre todo su geografía se ven reflejados en como visten, como adornan sus casas y la paleta de colores en la que se mueven.
El trabajo de peluquería, maquillaje y ambientación también juega un papel importante. Con un equipo creativo trabajando en conjunto, la estética de cada escena está en perfecto calce con la propuesta de los demás capítulos. Se puede ver temporada tras temporada una evolución en los personajes que va acompañada tanto de sus cambios físicos y sicológicos como del avance de los años y el paso de la moda de los 80 a la de los 90.
El vestuario de la serie alcanza tal nivel de realidad que logra darnos a conocer porque vestimos como vestimos hoy en día, de donde provienen las tendencia actuales y por supuesto una imagen de como nos vemos los chilenos, lo que transforma a la serie no solo en un éxito de rating, son también en un documental sobre la estética ochentera específicamente en nuestro país.
