La innovación y el futuro de la industria de la moda

La innovación y el futuro de la industria de la moda

Colaboración de José Ilabaca Santibáñez

¿Te has preguntado en algún momento cómo será la moda del futuro? ¿Será acaso que nuestra dependencia tecnológica termine siendo traspasada al vestuario? Y de ser así ¿qué ocurrirá con la industria textil de hoy? Desde que el vestuario se unió a la nanotecnología, que las impresoras 3D y las famosas Google Glass irrumpieron en la escena actual, pareciera que las posibilidades que se aproximan en el mundo de la moda son infinitas. Desde poder imprimir nuestro guardarropas hasta proyectar los atuendos que deseamos, el mañana moldeará por completo el modo en que nos vestimos. La gran pregunta es cómo afectarán estas innovaciones a la industria textil.

El economista Joseph A. Schumpeter popularizó en 1942 el concepto de “destrucción creativa”, con el que se describe el proceso de innovación en el que los nuevos productos destruyen viejas empresas y modelos de negocio ¿Cómo funciona? Piensa en el salitre, en el VHS, en Netscape o en Blockbuster. Todos ellos sucumbieron por la introducción de un nuevo bien, de un nuevo método de producción/comercialización, por la apertura de nuevos mercados, por la destrucción/creación de un monopolio o la conquista de una nueva fuente de materias primas. Pareciera que con la avalancha de avances tecnológicos a la que nos enfrentamos, todas y cada una de las razones anteriores afectarán a la industria textil, el asunto es cuándo.

¿Recuerdas la llegada de los primeros smartphones? Algunos corrieron de inmediato a adquirir uno mientras que otros tardaron un poco más. Esto se debe, en gran parte, a las diferencias individuales en el grado de innovación que tenemos como consumidores. Lo importante es entender que una vez el nuevo producto se vuelve compatible con los valores y experiencias de los usuarios potenciales, que la complejidad de uso disminuye y la comunicabilidad aumenta, los costos iniciales y regulares -así como el riesgo y la incertidumbre de adquirirlo- tienden a disminuir, terminando en una adopción prácticamente total del producto.

Si se sigue esta lógica, no cabe duda de que la industria textil sufrirá también un cambio. Es probable que los procesos de manufactura sean cambiados por completo por procesos de diseño digital y comercialización virtual, que seamos capaces de armar todo un guardarropas sin siquiera salir de casa o incluso que terminemos diseñando nuestros propios atuendos. Eso si, siempre existirán escépticos y detractores -como aquellos que aseguraban que el teléfono y la televisión jamás se masificarían-, pero al final del día el cambio es algo inherente a nuestra naturaleza y, más temprano que tarde, la industria de la moda deberá adaptarse a la revolución tecnológica que se avecina. La pregunta que nace entonces es si estarás dispuesto a hacerlo, pero esa ya es otra historia.

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