Las prendas que representaron la rebeldía

Las prendas que representaron la rebeldía

Las prendas que representaron la rebeldía Ahora las vemos en todos lados, y las usan cualquiera con ganas y dinero para invertir en ellas. Pero alguna vez, varias de estas prendas que hoy son una más de nuestro guardarropas fueron testimonios sociales y representaron algún movimiento o manifestación generacional. Claro que con el tiempo, ya ni sabemos por qué ni cuáles son.

Por allá por los años ’20, las mujeres debían vestirse estrictamente con vestidos o faldas que no mostraran las rodillas ni crearan siluetas llamativas. De pronto, una diseñadora francesa llamada Coco Chanel lanzó un estilo que llamaba a utilizar pantalones y trajes sastres, tal como los hombres lo hacían. Claro que esto desató un escándalo, pero pronto actrices famosas como Marlene Dietrich o Greta Garbo, y la propia Coco se rindieron ante esta representación de poder que significaba el enfundarse en un pantalón de tela. Y después siguieron las mujeres de todo el mundo.

En los ’50, fue el turno de una verdadera leyenda del guardarropas para hacer su salto a la fama: la chaqueta de cuero. Gracias a la imagen de actores “rebeldes” como Marlon Brando y James Dean, el rock’n’roll (que era la “música del diablo” según algunos sectores de la sociedad norteamericana) y la juventud desenfrenada con estas corrientes musicales, el usar una chaqueta de cuero y una polera blanca debajo, era un total símbolo de rebeldía, de antisistema. Esta tónica prevalecería hasta varias décadas más tarde, cuando la misma chaqueta de cuero mutó para acompañar a las amantes del estilo “Easy Rider” y luego a la nueva generación punk de fines de los ’70, que también recurría al cuero en pantalones y los bototos tipo militar para demostrar una imagen de descontento. Claro que hoy en día, ya la chaqueta y el pantalón de cuero y los botines se han convertido en prendas de estilo, de costumbre y fama: ahora existen incluso leggins de cuero, y los archiconocidos Doc Martens, que en los ’80 fueron los botines de todo joven alternativo o grunge en los ’90.

Luego con los ’60, la diseñadora inglesa Mary Quant contribuyó al nuevo movimiento de liberación femenina inventando una prenda que dejaba bastante más al descubierto las extremidades inferiores de las féminas, barriendo con toda tradición de “recato y moralidad”: la mini falda. Nuevamente, la prensa y las famosas se enlistaron con esta nueva prenda, e incluso existieron campañas como “Save the mini, save the World” en Londres y otras que apuntaban a que esa corta prenda era un verdadero atentado a la imagen de la mujer. Y en estos días, ya la mini es toda una institución, encontrándola a través de faldas para el trabajo, de jeans, cuero o en mini vestidos, que nos recuerdan el inicio de esta hazaña.

En los ’90, con la llegada del grunge y las bandas de Seattle, también llegaron las famosas camisas leñadoras, llamadas así porque comúnmente era una prenda de rigor para el típico trabajador del bosque gringo. Claro que con Kurt Cobain y cía., cualquier amante de este movimiento musical y social que abrazaba la depresión y la desesperanza en un mundo a puertas de un nuevo siglo, podía amarrarse alguna a la cadera o simplemente usarla encima de una polera. Claro que nuevamente llegamos hasta nuestros días, donde las mujeres y hombres de cualquier estilo o gusto musical se ponen estas camisas de diversas formas, claro que mucho más ajustadas que aquellas de los lluviosos días noventeros.

¿Y para ti, cuáles podrían ser prendas sinónimo de rebeldía?

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