La última copucha de la sucesora de McQueen

La última copucha de la sucesora de McQueen

“Mejor dedícate sólo a los vestidos de novia, Sarah”. Con ese titular, el periódico inglés The Mail –que me tocó leer este domingo, esperando que saliera mi avión desde Londres a Santiago– revela el drama por el que está pasando por estos días Sarah Burton, la diseñadora que quedó a cargo de la casa de modas de alexander McQueen después de su muerte. ¿De qué se trata? Les cuento.

La diseñadora y su marido David, fotógrafo de modas, presentaron al Westminster Council (algo así como la municipalidad de la comuna en la que viven) un proyecto de ampliación para su casa de dos pisos ubicada en la zona norte de Londres, muy cerca de donde tienen sus casas Paul McCartney y Noel Gallagher, el de Oasis. Pero les fue mal. El proyecto, que incluía un nuevo dormitorio en suite y una terraza en el techo con luces en el suelo, fue rechazado, según una carta que reproduce el diario, porque “altera las proporciones del edificio existente y no mantiene ni mejora el carácter y la apariencia del sector (que es un área de conservación)”. “La Burton puede haber ganado el aplauso internacional por el vestido de Kate Middleton, pero parece que no les es tan fácil diseñar para su propia casa”, apunta The Mail.

Lo más probable es que la pareja decida cambiarse de casa; ya tienen vista una que cuesta 3,5 millones de libras, por ahí cerca. Está claro: ni la fama ni el dinero lo pueden conseguir todo. Al menos, no en Londres.

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