Vogue Paris + Tom Ford: Controversia y talento

Vogue Paris + Tom Ford: Controversia y talento

Todo lo que Tom Ford haga, a éstas alturas del partido, tiene potencial, o derechamente se transforma en controversia. Es que el diseñador americano ya nos tiene acostumbrados a que sus avisos sean los más escandalosos, a que sus proyectos paralelos sean los más comentados y a que sus colecciones sean las favoritas de todos la crítica, la industria y las celebrities. Sin embargo, ante todo este brillo y luces , usualmente se nos olvida algo que creiamos saber: Tom Ford es talentoso.

Es fácil olvidar esta premisa ante el tamaño inabarcable de las ambiciones de Tom Ford, pero la última edición de Vogue Paris es conciente de esta injusticia, y se convierte, casi por completo, en una obra por y para Ford, hecha totalmente a la medida de los deseos del diseñador tejano, y apoyada por el grupo creativo del team Vogue Paris.

Esta vez, Tom Ford aprovecha su estatus como uno de los diseñadores más influentes de la actualidad, retomando de vuelta la labor que dejó en hiato para dedicarse al cine, y toma un rol que miles de chicas en el mundo desearian tener: El de editor en jefe  invitado y muso, de la edición Enero/ Febrero de Vogue Paris. Y como no podia ser menos, desde él vemos ya el enfoque que se le dió a esta edición casi de colección, trata todo el tiempo de llegar a lugares poco concurridos, desconocidos,  o derechamente incómodos, en los que vemos una y otras vez los temas que desvelan a Ford: La edad, la elegancia, la decadencia, el lujo y por supuesto, el sexo.

Comenzando con el escándalo muy pronto con la sección de acessorios, el donde  rol de modelos se lo toman niñas de 8 o 10 años, bellísimas por supuesto, pero quienes resultan profundamente perturbadoras al posar ataviadas con atuendos muy exagerados, maquillaje intenso y tacos altos,. Por supuesto, las críticas no se han hecho esperar, pero estoy segura que aquí el mensaje es mucho más profundo: ¿Que tipo de hipocresía es escandalizarse al ver éstas niñas, cuando el mundo se rinde frente a la sexualización de otras niñas (de 15 y 16 años) como Lindsey Wixson y Karlie Kloss?

Otro momento alto en términos de provocación, es la editorial de joyas, retratada a través de apasionadas escenas protagonizadas por una pareja que es un poco mayor de las que estamos acostumbrados a ver en este tipo de revistas. Algo así como 30 0 40 años mayores. Y aunque también, esta nos pueda parecer un acto de provocación que estéticamente no llega a lo esperado (que fue lo primero que pensé, para ser sincera) me parece que es la conciencia de que somos, como seres humanos, seres sexuales desde que nacemos hasta que morimos, es un arma poderosa dentro de una editorial de moda, y también un mensaje que no solemos escuchar, cuando la industria de la moda  y las marcas nos indican que el disfrute, la belleza y el amor es algo reservado para jóvenes.

La tercera de las editoriales polémicas, la protagoniza la ex modelo de talla grande Crystal Renn, quien fue elegida, seguramente, por los rumores constantes acerca de sus fluctuaciones de peso. En esta editorial, Crystal, fotografiada por Ford, con estilismo de la mismísima Carine Roitfield,  va relatando paso a paso, la recuperación de una operada sospechosamente parecida a Janice Dickinson. Y aunque ya han pasado más de cinco años desde que Steven Meisel trató por primera vez el tema en una editorial de moda (en la edición de Julio del 2005,en Vogue Italia) el resultado sigue siendo crudo.

Habrá quienes creerán que Ford sólo está jugando a ser, nuevamente, el niño terrible de la moda, sin embargo, creo que nos encontramos ante un esfuerzo claro de mirar aspectos de la moda de una forma más lúcida. Bien por Tom Ford, y bien, una vez más, por Vogue Paris.

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