María Pagés: la bailaora de flamenco detrás de Autorretrato “Cuando veo un baile, veo también quién lo está vistiendo y cómo, el color y qué tipo de vestuario será”

María Pagés: la bailaora de flamenco detrás de Autorretrato “Cuando veo un baile, veo también quién lo está vistiendo y cómo, el color y qué tipo de vestuario será”

Con más de 25 años de trayectoria, giras alrededor del mundo y reconocimientos, la bailaora María Pagés pisa tierra chilena para presentar entre el 24 y 25 de marzo una de sus obras más emblemáticas e íntimas en el Teatro Municipal de Santiago. Se trata de “Autorretrato”, pieza que marca “un antes y un después a nivel personal y profesional” de la coreógrafa española y que la consagra como una creadora integral, con una estética propia. Involucrada en cada área de sus proyectos, no hay detalles que queden al azar, sino que todo complementa y retroalimenta la obra final: música, poesía, iluminación y vestuario. Este último elemento, para Pagés “es fundamental, porque esa idea o imagen inicial es a partir de la cual nace una obra y el vestuario marca el proceso o lo acompaña”.

Para María, la creación de una nueva obra es “un proceso global donde entran todos los elementos que constituyen la obra en su totalidad; tiene que ser orgánica y no solo pasos que se hacen de cierta manera o cierta coordinación, sino con música, iluminación, vestuario, puesta en escena, y todo eso parte de una idea que se me viene a la cabeza de manera muy visual”.

En términos del vestuario, éste tiene un rol fundamental, puesto que se vincula de manera íntima con el cuerpo, el cual finalmente se convierte en el soporte de una coreografía y obra final. En este sentido, Pagés se involucra por completo en el diseño y desarrollo del vestuario y comenta “algo que no puedo hacer es realizar una obra y luego encargarle a alguien más que haga el diseño. No puedo porque a mi me sale a la vez, no lo puedo desligar. Cuando veo un baile, veo también quién lo está vistiendo y cómo, el color y qué tipo de vestuario tiene que ser para que todos esos elementos digan lo que yo quiero. Es importantísimo, es inherente, no la puedes separar”.

El desarrollo de cada pieza recuerda técnicas tradicionales y de corte más artesanal, así el color de cada pieza es realizado a mano, buscando con exactitud dar con los tonos buscados, aquellos que posteriormente harán interacción con la iluminación propuesta y que permitirán revelar la intención y emoción ideada. Para esto, la compañía trabaja codo a codo con María Calderón “química de la moda”, conocida por su enorme habilidad para dar con los colores más alucinantes en el mundo del teatro y espectáculo español. En palabras de María Pagés: “todo el vestuario es de que una tela tiene que ser flexible; con peso, pero con movimiento para que se adapte al cuerpo y no impida el movimiento, sino que lo ayude (…) normalmente trabajo sobre colores básicos como blancos y beige, y esos se tiñen y pintan a mano”.

“En autorretrato hay un vestido que es negro y está degradado hasta rojo, eso solo se puede hacer a mano, o de negro hasta color piel, que implica ir desde lo profundo hasta salir a lo externo”, agrega.

Si bien los vestuarios de sus obras tienen mucho de moderno, con siluetas que incluso hacen guiños a la danza moderna, es posible evidenciar elementos tradicionales como abanicos o mantones en sus puestas en escenas, ambos elementos con mucha historia y significado para la coreógrafa, y que siempre son incluidos con una intención más allá del valor folclórico típico de estos elementos. Por ejemplo, el uso del abanico “era como una simbología, y cada vez que lo abríamos era como abrir el alma; no ese elemento folclórico de la flamenca solo la pandereta, para mí eso tiene una historia, es mi abuela abanicándose en la misa en Sevilla mientras hacía un calor tremendo; un abrir y cerrar en el silencio de esos abanicos de todas las señoras que estaban ahí rezando el rosario”.

Otro elemento típico y con un gran valor artesanal y estético son los mantones flamencos, caracterizados por sus finos bordados y gruesos flecos de seda, que envuelven a las bailarinas y acompañan sus movimientos. Fiel a su propia historia, María utiliza este complemento en Autorretrato: “yo bailo con mantones desde pequeña, el primero que tuve me lo regaló precisamente mi abuela… ¡y era más grande que yo! Tengo una foto de mi luchando con el mantón y se me ve envuelta en esa lucha… Aparte, como obra artesanal es maravillosa”.

Así, una obra de danza flamenca no solo es cuerpo, baile y ritmo, sino que esconde un trabajo de diseño, de coherencia con otros elementos que sorprende. No es casualidad que trajes típicos flamencos se hayan coronado como fuente inspiradora de grandes diseñadores como Balenciaga o colecciones de casas de moda como las de Yves Saint Laurent. Pero la inspiración es recíproca, pues María Pagés nos ha confesado ser una amante de la moda y ha tomado como inspiración para la creación de sus vestuarios, por ejemplo, diseños y materialidades utilizadas por Jean Paul Gautier.

Imágenes: Patricio Melo

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